Este año muchas historias no fueron lo que esperaban ser, así que las siguientes palabras son a su vez crónica y resultado de un proceso que se transformó por completo: El desarrollo de un ejercicio participativo con mujeres en la vereda de Tenería, Suesca, para abordar la cocina como espacio político expresado a través de la oralidad popular. Las siguientes reflexiones nacen de situarse en el contexto de municipios cercanos a Bogotá, en donde los habitantes se dedican a actividades floricultoras (especialmente las mujeres) y lecheras (manejadas en grandes hectáreas privadas), más que al cultivo de alimentos. Ya con este primer dato, pensar en la comida va mucho más allá de la preparación para un comensal y de las acciones de sacar de la tierra y poner en un plato.